¡ES QUE NO SÉ QUÉ ORAR…!


Si estás leyendo este artículo, probablemente tienes el problema de que cuando tratas de ORAR, pronto llega un punto en que no se te ocurre qué más decir. Si ese es tu problema, ¡Enhorabuena! Porque a continuación te enseñaré una TÉCNICA que si la pruebas sin prejuzgar, de seguro te ayudará a DESARROLLAR tu capacidad de ORACIÓN. Sin más preámbulo, vamos al asunto.

Este problema se debe a que no posees el HÁBITO de orar, y como orar es HABLAR con Dios de forma DEDICADA y no tienes el hábito, a los cinco minutos ya no sabes que decirle a DIOS y se acaba la oración. Entonces, vamos a trabajar en formar el hábito; pero no a la fuerza, cronometrando los segundos (eso no funciona); sino usando una LISTA. ¿Una lista? Sí, una lista. Al principio tu oración será corta, pero día tras día los minutos irán sumándose solos por efecto del hábito.

Cuando hablo de orar con una lista, me refiero precisamente a eso: una lista de cosas que decirle y/o pedirle a Dios; la cual tendrá una duración SEMANAL. Vamos a un ejemplo:

Semana 1: Orar por la familia:
1.       Por mi papá (bendición, protección, cambio, trabajo, etc.)
2.       Por mi mamá (lo mismo).
3.       Por mis hermanos (colegio, notas, relaciones interpersonales, etc.)
4.       Por mis parientes que no son salvos (para que lo sean)

Pero siempre hay que orar por la familia… Eso hazlo cuando ya tengas el hábito de orar; mientras no lo tengas, parte con poco. ¿No has oído que la oración es como ejercitar un músculo? Si partes con mucho corres el riesgo no lograr tu objetivo. Recuerda que Dios no nos pone mayor carga que la que no podamos llevar.

Entonces, arma tu lista como a ti más te acomode. Recuerda que si no tienes una DIRECCIÓN, no llegarás a ningún lado; y tener una dirección de oración es lo mismo. La lista es para darle una dirección a tus PALABRAS, un rumbo definido.

Recuerdo una lista que nos dio mi pastor hace unas semanas en una reunión de ayuno congregacional:
1.       Líbranos del mal.
2.       Haz volver a los cautivos de Sión.
3.       Que toda traba del enemigo sea quitada.
4.       Aumentanos la fe.
5.       Pon amor por tu venida.

A lo cual yo después le agregué: 3.5 Restaura los muros de Jerusalén y la santa ciudad. (Sión y Jerusalén son alegorías para referirse a la Iglesia; los cautivos son los descarriados).

En fin, te animo a que armes tu propia lista semanal, pero que no pase más allá de 7 puntos; y a la semana siguiente comienzas con otra lista. No pasará mucho tiempo antes de que veas cuánto ha CAMBIADO tu forma de orar.

Si te ha gustado este artículo, dale Like en el fanpage. 😉


Dios te bendiga.

Comentarios